Aumentar el acceso al cuidado infantil y la educación temprana de alta calidad beneficia a los niños, sus padres y la economÃa. Abogamos por servicios asequibles para la primera infancia para todas las familias, independientemente de sus ingresos, idioma u origen racial o étnico.
La investigación muestra que invertir en la educación temprana crea un impacto a lo largo de la vida: niños que asisten a programas de alta calidad sacan mejores notas en las pruebas, permanecen en la escuela por más tiempo, experimentan tasas más bajas de depresión, tener una mejor salud fÃsica y ganar más en la edad adulta. Proporcionando a niños de familias de bajos ingresos sorportes y servicios que son culturalmente y lingüÃsticamente responsivos, organizaciones como °ÄÃÅÌìÌìºÃ²Ê¿ª½± pueden reducir las brechas en preparación educativa basadas en la raza, ingresos del hogar, y dominio limitado del inglés que ya son presentes cuando los niños pequeños ingresan al jardÃn de infantes.
El cuidado infantil asequible también genera efectos positivos en la educación de los padres, la participación en la fuerza laboral y los ingresos del hogar, lo que lo convierte en una forma poderosa y rentable de crear un ciclo intergeneracional de oportunidades para comunidades desatendidas. De hecho, el economista ganador del premio Nobel James Heckman descubrió que cada dólar invertido vale la pena más de nueve veces en beneficios para la sociedad.
Los niños pequeños de 0 a 5 años reciben más de dos tercios de sus necesidades calóricas diarias totales mientras asisten a centros de educación temprana, lo que hace que los centros sean la principal fuente de nutrientes necesarios para muchos niños durante una etapa crÃtica de su desarrollo. Nuestro equipo de Comida y Bienestar [hyperlink to Spanish F&W page] aboga por un mejor acceso a alimentos saludables y educación nutricional en centros y escuelas.
Hemos recibido a muchos lÃderes interesados en programas de alimentación y bienestar holÃsticas y exitosas en la educación temprana, incluida la ex Primera Dama Michelle Obama, el Ministro de Salud de Canadá, las Primeras Damas de Chile y Estonia, y administradores del Banco Interamericano de Desarrollo y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) y otras organizaciones. Discursos recientes incluyen:
En una encuesta nacional de votantes registrados, la mayorÃa de los padres identificaron una falta crÃtica de cuidado de niños que sea accesible y asequible. Incluso antes de que la pandemia obligara a muchos centros a cerrar, los subsidios de cuidado infantil financiados con fondos públicos alcanzaron solo el 14% de los niños elegibles en todo el paÃs. Desafortunadamente, incluso para aquellos a quienes alcanza el subsidio, el nivel de apoyo es demasiado bajo para cubrir los costos. De hecho, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos ha descubierto que la escasa financiación privada y pública no ha proporcionado suficientes espacios para satisfacer las necesidades de las familias, crea desiertos de cuidado infantil y paga de menos a los trabajadores de cuidado infantil. En un sistema en el que incluso los proveedores de cuidado infantil con fines de lucro promedian ganancias inferiores al 1%, los centros a menudo ni siquiera pueden permitirse mantener sus instalaciones, dejando muchas de las estructuras fÃsicas que albergan a los niños en mal estado.
El análisis realizado por el Center for American Progress reveló que en cada año de 2016 a 2018, más de 2 millones de padres de niños de 5 años o menos, el 9 por ciento, o casi 1 de cada 10 padres, tuvieron que renunciar a un trabajo, no aceptar un trabajo o cambiar en gran medida su trabajo debido a problemas de cuidado infantil. De hecho, antes del inicio de la pandemia de COVID-19, la economÃa de los Estados Unidos ya estaba perdiendo la asombrosa cantidad de $57 mil millones por año en ingresos, salarios y productividad como resultado de problemas de cuidado infantil.
Los proveedores de cuidado infantil como nosotros no solo hacen que las familias regresen al trabajo, sino que representamos una parte crucial de la economÃa estadounidense: uno de cada 110 trabajadores estadounidenses, y una de cada 55 mujeres trabajadoras, se gana la vida en la educación y el cuidado infantil. Sin embargo, los maestros y cuidadores que conforman la gran fuerza laboral de la educación temprana, muchos de los cuales son mujeres de color, luchan con los bajos salarios y el agotamiento. En el Distrito de Columbia, el 35% de los trabajadores de cuidado infantil están por debajo de la lÃnea de pobreza. Los bajos salarios conducen a un alto desgaste con hasta el 26-40% de ellos dejando su trabajo cada año. Esta alta rotación es desgarradora no solo para los cuidadores, sino también para los niños pequeños que dejan atrás, ya que la consistencia y las rutinas son integrales para su bienestar.
Juntos, podemos ofrecer acceso, asequibilidad y calidad para resolver la crisis de cuidado infantil y educación temprana en los Estados Unidos.
Empleadores, abordan el reclutamiento, el ausentismo, la alta rotación y los problemas de productividad en la fuente al asociarse con proveedores para ofrecer atención en el sitio o al proporcionar la programación predecible, la atención de respaldo temporal o el reembolso de emergencia del cuidado infantil, y los subsidios que los padres que trabajan necesitan para acceder a una atención confiable.